Venía en tren de camino a casa al anochecer de hoy viernes, cuando en la estación un muchacho le comentaba a su madre a espaldas mias: Cuando lleguemos al cielo de Jesús, ¡¡Él nos dará unas alas mamá!! y si vamos al infierno, allí ni tendremos alas mamá: No se que cara tenia la madre, tan solamente sé que me giré y el niño resplandecía de alegria cuando comentaba eso y su carita se le iluminó una sonrisa blanca cuando yo le comenté: Jovencito, en el infierno de dar algo, nos darían un mechero.
Yo prefiero unas alas también, pero sé que para ello hay que intentar ser mas bueno día a día, que sé que como todo, no se nos vá a dar regalado. Aunque, quien sabe de la Bondad de Dios Padre.
P.D.: Cuando un ángel pierde sus alas, viene a convertirsese en un buen amigo. Yo tb quiero seguir teniendo de esos amigos en la tierra que han perdido sus alas.
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